Me era difícil reaccionar, estaba en una nube… ¿quizás ya me iba al cielo? ¿Quizás ella me estaba esperando ahí? No era creyente, pero me negaba a pensar que se había ido, que ya no quedaba nada de ella, como si nunca hubiera existido. Era una idea demasiado desconsoladora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario